Vani empezó a venir al taller a los 9 años, pura felicidad era para ella y para los que la recibíamos verla cruzar esa puerta. Amante de la música, disfrutó siempre de tocar cualquier estilo. Sus máximas afinidades: la guitarra y el canto, primero el folclore, luego el rock y luego se enamoró de la música brasilera. A partir de ahí llegó la percusión y el candombe.
La profe más pequeña que tuvo el taller, a los 17 ya estaba dando clases de Iniciación Musical, lo que se transformó en su máxima especialidad. Vani tiene la capacidad de hacer jugar y cantar hasta a las sillas, nada ni nadie queda en pie si ella está coordinando una actividad de iniciación a la música. Luego vinieron los talleres integrados con Plàstica y después comenzó a dar clases de guitarra clásica y ensambles para niños.
Vani es mágica, muy sensible, muy creativa, mucha entrega.
Su corazón es de hada siempre tiene algo para hacer aparecer con su varita...
Hace dos años abrió las alas para crecer y crecer y para sembrar y sembrar por otros espacios...pero su corazón es de esos que aun late en el taller y latirá siempre.
